Entrevista con Sara Bañón y Julio Madrigal-Matute, confundadores de IBIONS
En el mundo de la salud, cada vez se reconoce más el papel fundamental que desempeña la alimentación en el bienestar integral de los pacientes que luchan contra el cáncer. En este contexto, surge IBIONS, el Instituto Biomédico de Nutrición y Salud, una iniciativa que está revolucionando el tratamiento oncológico mediante un enfoque global que integre no solo planes personalizados de nutrición, sino también apoyo psicológico y actividad física.
En esta entrevista, conoceremos la historia de IBIONS en un relato inspirador que nos enseña cómo la pasión y el compromiso pueden convertir una idea en un proyecto transformador que impacte positivamente en la vida de los pacientes con cáncer. Para ello, hablamos con sus cofundadores, Sara Bañón y Julio Madrigal-Matute para que nos compartan su visión, los desafíos a los que se han enfrentado en los últimos años y las lecciones aprendidas durante su camino en el mundo del emprendimiento de impacto.
Contadnos un poco sobre IBIONS, su visión y sus objetivos
IBIONS es un proyecto que surge de la necesidad de brindar a los pacientes con cáncer un enfoque integral que incluya el tratamiento nutricional como parte fundamental de su atención hospitalaria.
Nuestra misión es utilizar la nutrición como una herramienta terapéutica adicional dentro del tratamiento oncológico, con el objetivo de mejorar la respuesta al tratamiento, reducir los efectos secundarios y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Con este enfoque buscamos, también, disminuir el riesgo de recidiva en aquellos pacientes que han finalizado su tratamiento.
Sara: Como médico internista y cofundadora de IBIONS, me di cuenta junto a Julio, quien tiene experiencia en biología molecular, de que esta importante faceta del tratamiento no estaba siendo adecuadamente atendida en la práctica clínica, lo que nos impulsó a tomar acción y mejorar el panorama para los pacientes con cáncer.
¿En qué momento os dais cuenta de esa carencia y decidís iniciar IBIONS?
Sara: Nuestro camino con IBIONS se remonta un poco antes de su fundación oficial en septiembre de 2021. Todo comenzó cuando estábamos en las etapas iniciales de idear lo que se convertiría en este proyecto. Justo antes de la pandemia, estábamos en el proceso de dar forma a la visión de IBIONS y su potencial impacto en el mundo de la oncología. Sin embargo, con la llegada de la pandemia, tuve que regresar al hospital debido a mis responsabilidades clínicas, ya que previamente había dejado mi trabajo para dedicarme por completo a IBIONS. Pasé más de un año trabajando en la planta de hospitalización, lo que me permitió comprender aún más la necesidad imperante de un enfoque integral que incluyera la nutrición como parte esencial del tratamiento para pacientes con cáncer. Fue entonces, en septiembre de 2021, cuando oficialmente dimos inicio a IBIONS.
¿Qué motivaciones personales y profesionales te llevaron a dar el paso con IBIONS?
Sara: En mi caso, yo estudié medicina con la motivación de contribuir positivamente a la sociedad y aliviar el sufrimiento de las personas. A medida que avanzaba en mis estudios, me di cuenta de la importancia crucial que desempeña la nutrición en la salud y el bienestar general, ya que las células de nuestro cuerpo se regeneran en base a lo que consumimos. Esto subraya la relevancia que tiene la nutrición tanto en la prevención como en el tratamiento de enfermedades como el cáncer.
Paralelamente a mis estudios médicos, me formé en nutrición, consciente de su papel fundamental en la salud. Sin embargo, durante mis años de trabajo en el hospital, observé que la nutrición no se consideraba con la importancia que merecía en el tratamiento de los pacientes con cáncer. Me di cuenta de que cuando los pacientes preguntaban por recomendaciones nutricionales, siempre recibían una respuesta estándar o generalmente superficial. Esto me llevó a darme cuenta de la necesidad urgente de hacer algo al respecto y darle a la nutrición la importancia que merece.
El punto de inflexión fue cuando una de mis mejores amigas fue diagnosticada con cáncer de mama. Comencé a implementar cambios nutricionales significativos en su vida y presencié cómo estos tuvieron un impacto positivo en su salud durante su agresivo tratamiento de quimioterapia. Su recuperación exitosa impulsó mi determinación para abordar esta brecha en el cuidado de pacientes con cáncer.
A medida que más personas cercanas experimentaron los beneficios de una atención nutricional más personalizada, me di cuenta de que había una demanda clara y no satisfecha en el sistema de salud. Este fue el catalizador para iniciar IBIONS, con el objetivo de ofrecer un enfoque integral que priorice la nutrición como parte esencial del tratamiento oncológico. En IBIONS, valoramos profundamente el compromiso con un estilo de vida saludable, y buscamos integrar este principio en cada aspecto de nuestra práctica.
¿Cómo es ese proceso de estudiar a cada individuo y adaptar la dieta según sus necesidades específicas?
A la hora de diseñar una intervención nutricional personalizada para pacientes con cáncer hay que tener toda una serie de factores en cuenta. En primer lugar, evaluamos la situación nutricional inicial del paciente, así como el tipo de tumor que enfrenta y los tratamientos oncológicos que recibirá, particularmente aquellos que podrían afectar a su sistema digestivo. También tomamos en cuenta la edad del paciente, ya que los hábitos dietéticos arraigados pueden dificultar ciertos cambios en personas mayores.
A partir de ahí, recopilamos información detallada de múltiples áreas para diseñar un plan nutricional lo más personalizado posible. En este sentido, Julio es el que se encarga de revisar constantemente la evidencia científica disponible sobre cómo diferentes tipos de dietas pueden afectar al metabolismo en pacientes con distintos tipos de cáncer. Esta revisión continua nos permite actualizar nuestros protocolos de intervención nutricional conforme avanza la investigación.
Nuestra meta es seguir personalizando aún más los tratamientos en el futuro. Planeamos incorporar la “nutrigenética”, lo que significa adaptar los consejos dietéticos según las características genéticas de cada individuo para optimizar su tolerancia y respuesta a ciertos alimentos.
Sin embargo, aunque existen recomendaciones generales, implementarlas de manera efectiva en la práctica puede variar considerablemente según las necesidades y circunstancias únicas de cada paciente. Por ello, realizamos un estudio exhaustivo de cada caso para garantizar que nuestro enfoque sea lo más preciso y efectivo posible.
Además de la alimentación, también hacéis un acompañamiento psicológico y de ejercicio físico. ¿Cómo integráis esos tres componentes cuando tratáis con un paciente?
Una persona con cáncer tiene que hacer ejercicio, tiene que ir al psicólogo, y tiene que cuidar su alimentación. Este es el enfoque integral que ofrecemos en IBIONS y que reconoce la importancia de abordar la salud del paciente de manera global. Si bien la nutrición es nuestra área principal de especialización, comprendemos que la salud física, mental y emocional están intrínsecamente interconectadas.
Desde el inicio, tuvimos claro que deseábamos proporcionar un apoyo completo a nuestros pacientes. Actualmente, el ejercicio físico, por ejemplo, está ganando cada vez más atención, debido a los múltiples estudios científicos que resaltan la importancia del entrenamiento de fuerza durante los tratamientos. Por lo tanto, decidimos que era importante también promover activamente la actividad física como parte integral del tratamiento, ya que sabemos que va a mejorar muchísimo el pronóstico de las personas.
Además, reconocemos también la importancia del apoyo psicológico, tanto para afrontar la enfermedad, como para facilitar los cambios necesarios en el estilo de vida y la dieta. Por eso, también empezamos a colaborar con un psicólogo que nos permitiese brindar a nuestros pacientes las herramientas emocionales y mentales que necesitan durante este proceso desafiante. Sin embargo, observamos que aún persiste cierto estigma en torno a la búsqueda de ayuda psicológica, particularmente entre la población de más edad.
¿Podríais compartir alguna historia de éxito de algún paciente para ver cómo se materializa toda esa mejora del bienestar de la persona?
Claro, te contamos el caso de Laura, nuestra paciente cero. A los 38 años, le diagnosticaron cáncer de mama, una noticia que sacudió su vida por completo. Desde el principio, nos sumergimos en un cambio nutricional integral mientras Laura recibía tratamientos de quimioterapia, radioterapia y cirugía. Lo notable es que experimentó pocos efectos secundarios y mantuvo una excelente calidad de vida durante todo el proceso.
Lo que resulta impactante y curioso es lo que nos dicen muchos pacientes: al finalizar el tratamiento, se sienten mejor que antes de ser diagnosticados de cáncer. Este fenómeno refleja cómo, al final, cambiar los hábitos reduce la inflamación corporal y puede afectar positivamente al metabolismo en su conjunto, contribuyendo a un bienestar generalizado.
Laura es un ejemplo emocionante, pero hemos atendido a pacientes de diversos perfiles. Algunos llegan a nosotros durante el tratamiento, agobiados por náuseas, vómitos y fatiga. Sin embargo, incluso después de unas pocas semanas de cambio nutricional, experimentan una mejoría notable. Este proceso no solo ayuda a revertir los efectos secundarios del tratamiento, sino que también mejora el estado de ánimo y la perspectiva de vida del paciente.
Es importante destacar que en IBIONS, los pacientes se convierten en agentes activos de su proceso de curación. A diferencia del enfoque tradicional, donde el paciente suele ser un sujeto pasivo, aquí fomentamos la participación activa del paciente en su tratamiento. Realizar cambios en la alimentación y empezar a hacer ejercicio físico al final no solo fortalece emocionalmente al paciente, sino que también tiene efectos positivos en su sistema inmunológico y cuando el paciente se siente empoderado, este efecto se potencia aún más.
Respecto a vuestro desarrollo como startup, ¿cuáles son los desafíos a los que os habéis enfrentado y en qué situación os encontráis actualmente?
Nuestro camino como startup ha estado lleno de desafíos, especialmente porque venimos del ámbito científico y cuando empezamos carecíamos de experiencia en el mundo empresarial. Hemos tenido que aprender y buscar ayuda para avanzar con el proyecto desde una perspectiva más empresarial.
También, dentro de los desafíos, uno de los más grandes fue ver cómo crecer y pasar de consultas individuales a un nivel más amplio, incluso hospitalario, que pudiese llegar a más personas. Consideramos que es fundamental que todos los pacientes tengan acceso a estos tratamientos demostrados científicamente. Por lo tanto, el desafío de crecer y pasar de una pequeña empresa a algo más grande ha sido uno de nuestros principales retos.
Para abordar esto, empezamos a desarrollar una aplicación de telemedicina que nos permitiese escalar y hacer que este tipo de tratamientos fueran sostenibles para el sistema sanitario. En este momento nos encontramos ahí, en toda la parte de financiación e inversión, que es ahora mismo nuestro mayor desafío.
Concretamente, ¿qué retos para levantar financiación encontráis como startup de impacto?
Uno de los principales retos que hemos enfrentado al levantar financiación es el hecho de convencer a algunos inversores de la importancia y eficacia de la nutrición en el tratamiento del cáncer. Sorprendentemente, nos hemos encontrado con inversores que no tienen formación médica científica y cuestionan la relevancia de la nutrición en estos casos. Esto ha sido desconcertante para nosotros, ya que estamos viendo los beneficios de primera mano en nuestros pacientes. Aunque es verdad que también hemos encontrado inversores que sí han creído en nuestro proyecto y en su impacto.
Sin embargo, nosotros no venimos del mundo del marketing y quizás muchas veces pecamos de explicar nuestro negocio de manera muy técnica. Esto ha dificultado la atracción de inversores, que no solo desconfían, sino que, además, muchas veces buscan oportunidades de inversión con un retorno rápido y tangible, algo que no siempre es posible en proyectos científicos como el nuestro.
Actualmente, estamos en una ronda de inversión para expandir nuestro equipo tecnológico, pero nos estamos enfrentando al desafío de necesitar al equipo antes de obtener la inversión necesaria para contratarlo. Es un ciclo que estamos tratando de romper, pero que nos está dificultando mucho nuestro camino.
¿Qué lecciones (como personas emprendedoras) habéis aprendido que quisierais compartir con otras personas que estén considerando iniciar un proyecto de impacto?
Sara: La satisfacción de tener un impacto positivo en las personas y en la sociedad es invaluable. A pesar de los desafíos, el sentimiento de saber que estás haciendo una diferencia es muy gratificante. Mi consejo para quienes consideren iniciar un proyecto es que, aunque sea difícil, sigan adelante. Si no tienes experiencia en el campo del emprendimiento, es importante buscar formación en áreas empresariales y saber rodearse de personas que puedan brindar asesoramiento y apoyo.
Julio: Desde mi perspectiva, aunque mi carrera en investigación iba bien, es verdad que sentía la necesidad de tener un impacto más directo en la sociedad. Encontré esa oportunidad a través de IBIONS, y no lo cambiaría por nada. Además de los consejos de Sara, es fundamental buscar que el equipo esté constantemente alineado con los objetivos y valores del proyecto, para garantizar que todos trabajemos hacia la misma dirección.