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Entrevista a Joaquin Fisch, Cofundador y CEO de Nat4Bio
De las cosechas a los estantes de los supermercados, frutas y verduras viajan a lo largo de la cadena de consumo para llegar en perfectas condiciones a las manos de unos consumidores que quizás desconozcan la restante cantidad de alimentos que quedaron en el camino y jamás serán consumidos.
Es ante esta situación que, Joaquin Fisch, CEO y Cofundador de Nat4Bio, decide emprender para mejorar la industria alimentaria de frutas y verduras. Su startup, con sede en Argentina, propone una forma de desafiar la realidad a través de unos recubrimientos naturales que utilicen la biotecnología para prolongar la vida útil de los productos agrícolas.
En esta entrevista, Joaquin comparte no solo cuáles son las claves de Nat4Bio, sino también, cómo ha sido su viaje como emprendedor y por qué decidió iniciarse en el mundo de la biotecnología con un enfoque muy claro en la reducción del desperdicio alimentario para generar un impacto positivo en la sociedad.
¿Cuál es el impacto que tiene el desperdicio alimentario en la industria?
Según estimaciones de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el 30% de los alimentos producidos nunca llega a consumirse. En frutas y verduras, este número puede llegar al 40 o incluso el 50%, dependiendo del cultivo. Gran parte del desperdicio se da en la etapa del transporte, la distribución y el almacenamiento de la fruta, así como en el retail y el consumo.
La magnitud de este desperdicio varía según el país. En los más desarrollados, técnicamente hay más desperdicio ya que, debido a los estándares de consumo, de calidad y de apariencia visual, los consumidores terminan descartando aquellas frutas más imperfectas. Esto se observa especialmente en los supermercados, en servicios de alimentación tipo restaurantes, caterings y, por supuesto, en el propio hogar.
En los países en vías de desarrollo, los desafíos son un poco diferentes y se relacionan más con problemas de infraestructura y capacitación en la cadena de suministro. De esta forma, una fruta que, quizás está en buenas condiciones, por una mala práctica, se golpea superficialmente y termina descartada debido al daño. Una fruta que, en realidad, es perfectamente comestible, con muy buenas condiciones nutricionales, pero que por apariencia visual no califica para fruta de primera.
Como emprendedor, ¿qué fue lo que te motivó a iniciar el proyecto de Nat4Bio?
En realidad mi trayectoria comenzó como ingeniero industrial. Durante 4 años y medio, trabajé en un complejo siderúrgico del Grupo Techint, desempeñando diversos roles desde Ingeniería Industrial hasta Recursos Humanos. Después, me cambié al mundo corporativo de oficina como analista de precios en un grupo asegurador en Argentina. Sin embargo, hubo un cambio de dirección en la empresa y eso marcó un punto de inflexión en mi carrera. Experimenté una desconexión total entre mis valores personales y las nuevas metas organizacionales, donde dejé de compartir la visión del trabajo y perdí la pasión por lo que hacía.
Fue entonces cuando en marzo de 2021 escuché hablar del “CEO Challenge”, un programa que ofrecía una oportunidad emocionante para desarrollar habilidades empresariales en un corto periodo de tiempo. Este desafío consistía en crear un modelo de negocio en tan solo 48 horas a partir de una tecnología o avance científico dado. Esta experiencia, me abrió las puertas al mundo de la biotecnología y las startups, un campo que encontré apasionante y lleno de posibilidades innovadoras.
A partir de ese momento, continué trabajando a tiempo completo en la empresa que estaba, dedicando mi tiempo libre a explorar proyectos. Sin embargo, sentía que necesitaba un cambio y que mi trabajo impactara de alguna forma. Me sentía una pequeña pieza sin decisión en una gran corporación con la que no compartía ni visión ni valores. Así que, justo cuando conocí a mi socio, empezamos a trazar el camino para Nat4Bio y decidí, entonces, renunciar a mi empleo para dedicarme por completo a esta nueva aventura.
¿Con cuántos productos contáis actualmente y cuál es el proceso de producción de los compuestos naturales que utilizáis para los recubrimientos?
En Nat4bio comenzamos con un producto a base de metabolitos microbianos, sin microorganismos formulados, trabajando inicialmente con limones en Tucumán. Desarrollamos un prototipo inicial antes de que me uniera al proyecto a través de un programa de formación empresarial. Mi socio, investigador del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), tiene más de 15 años de experiencia y decidimos fundar la empresa a finales del 2021, donde empezamos a recibir inversión. Desde entonces, hemos ampliado nuestra gama de productos biológicos para la protección de cultivos.
A día de hoy tenemos 4 productos: 1) Producto para cítricos; 2) Producto para pomáceas (peras y manzanas); 3) Producto para el aguacate o palta; 4) Producto para ser aplicado por nebulizado para arándanos y otras frutas frágiles que no pueden ser mojadas. Estos productos, aunque comparten similitudes, se adaptan a las necesidades particulares de cada cultivo. Todos están formulados con un enfoque fuerte en control biológico, utilizando moléculas antifúngicas o metabolitos bacterianos. Además, cada producto contiene una combinación de metabolitos, polímeros y otros componentes formulados para proporcionar propiedades específicas, como viscosidad, adherencia y elasticidad en la película de recubrimiento.
En términos del control de los desórdenes fisiológicos, esta área varía dependiendo del cultivo. Por ejemplo, en el caso de los cítricos, la principal preocupación recae en la deshidratación, que puede ocasionar una pérdida de peso del 8 al 10% durante el transporte. Esta reducción no solo impacta en las ventas, sino también en la rentabilidad del exportador. Por otro lado, en cultivos como las peras y manzanas, los desafíos primordiales son la pérdida de firmeza y la aparición de daños por almacenamiento en frío a largo plazo, como las escaldaduras. En cuanto al aguacate, el objetivo principal radica en alcanzar una maduración más predecible, con picos de madurez controlables y prolongados en el tiempo.
Inicialmente, desarrollamos un producto que resultaba demasiado viscoso y espeso, generando una sensación aceitosa en la mano. Realizamos ensayos sumergiendo la fruta durante 60 segundos, tratando de cubrirla bien. Sin embargo, pronto nos dimos cuenta de que estas condiciones no reflejaban la realidad del proceso comercial. Al probar el producto en la línea de producción de un cliente, la efectividad de control fue del 5%, muy por debajo del 95% obtenido en el laboratorio. Esto nos llevó a realizar ajustes significativos y a optimizar el producto para su integración en operaciones comerciales normales.
¿Qué beneficios presenta utilizar estos recubrimientos naturales en comparación a los convencionales?
En la industria de la poscosecha, los productos estándares que se han utilizado durante mucho tiempo son los compuestos químicos, como pesticidas, ampliamente usados en la fruticultura para combatir patógenos fúngicos, y ceras derivadas del petróleo, como el Polietileno, para mantener la humedad y las cualidades organolépticas de la fruta. Sin embargo, estas líneas de productos están siendo cada vez más reguladas debido a la creciente demanda de consumidores que buscan alimentos con menos residuos químicos y procesos de producción más amigables con el medio ambiente. Sumado a esto, está el aumento del interés en reducir el uso de plásticos en la cadena alimentaria.
En los últimos 10 años, han surgido numerosas alternativas a estos productos, especialmente en el ámbito de los recubrimientos. Esto se debe a las estrictas regulaciones en la industria, que han incentivado la innovación en busca de soluciones más sostenibles. En el caso de la Unión Europea, el proceso de registro de un nuevo bioplaguicida es tan complejo como el de una molécula de síntesis química, lo que desalienta la investigación en componentes naturales.
Sin embargo, países como Brasil han adaptado sus regulaciones para facilitar el registro de productos naturales, denominados "bioquímicos", lo que ha acelerado la introducción de alternativas más amigables con el medio ambiente. En cuanto a los pesticidas, la innovación ha sido más lenta, pero en el caso de los recubrimientos, se han desarrollado numerosas alternativas que utilizan extractos vegetales e incluso extractos de insectos, como el quitosano, obtenido de la cáscara de crustáceos.
En este contexto, Nat4bio introduce un enfoque microbiano único en la industria. Observamos una gran necesidad de ofrecer alternativas innovadoras, no solo porque representan un nuevo enfoque en la discusión, sino también porque los procesos microbianos tienen una alta escalabilidad. Esto significa que, a medida que aumenta la escala de producción, el costo unitario de los componentes microbianos disminuye significativamente. Esta característica permite que los productos de origen microbiano compitan en términos de costo-beneficio con las ceras y fungicidas sintéticos tradicionales, algo que con los enfoques de los productos y tecnologías presentados hasta ahora no era tan obtenible.
En cuanto a un punto de vista más empresarial, ¿podrías compartir qué consideraciones éticas, valores y principios guían vuestras acciones?
En la actualidad, nuestro equipo está conformado por individuos que comparten una visión común sobre el uso de productos biológicos en comparación con los productos de síntesis química. Precisamente por eso, de las primeras cosas que hacemos en nuestros procesos de selección, es preguntar por la postura personal de los candidatos respecto a esta cuestión. No buscamos necesariamente fanáticos de lo biológico, pero sí personas convencidas de la importancia de adoptar soluciones biológicas en lugar de recurrir exclusivamente a soluciones químicas. Este convencimiento es fundamental, ya que trabajar en la sustitución de productos químicos por soluciones biológicas requiere un nivel significativo de esfuerzo y dedicación. Es verdad que los productos sintéticos funcionan y son muy eficaces y económicos. Sin embargo, son muy nocivos y conllevan grandes riesgos para la salud y el medio ambiente. Por lo tanto, es necesario un alto grado de convicción para enfrentar los desafíos asociados con la eliminación gradual de estas sustancias. En nuestra empresa, valoramos el compromiso con los principios biológicos, ya que creemos firmemente en su potencial para el futuro y queremos contar con un equipo que comparta esta convicción.
Respecto al bienestar social y económico de las comunidades locales donde operáis, ¿cómo contribuís a su beneficio?
Nat4bio opera en Tucumán y el 100% de las contrataciones provienen de esta región. Valoramos enormemente la empleabilidad local y nos beneficiamos del rico talento microbiológico y biotecnológico que abunda en esta área, donde, además, hay una gran cantidad de mujeres con un nivel académico y científico muy notorio y destacable. De hecho, de todas las personas que estamos entrevistando para candidatas a nuevos puestos, hay una gran mayoría de mujeres, por lo que tenemos una zona muy rica y diversa, de la que podemos beneficiarnos.
En lo que respecta a nuestra interacción con la comunidad, es importante mencionar el Protocolo de Nagoya, un acuerdo internacional que establece que los recursos biológicos y genéticos son propiedad de los gobiernos regionales o estatales, y no de los países en su totalidad. En nuestro caso, hemos obtenido los permisos necesarios para explotar comercialmente cepas biológicas aisladas en Tucumán, lo que implica un compromiso económico con la provincia en forma de regalías por el uso de sus recursos. Este enfoque asegura que cualquier desarrollo biotecnológico beneficie a la comunidad local a través de ingresos adicionales generados por sus recursos naturales.
Como startup, ¿en qué situación actual os encontráis y cuáles son los próximos pasos para Nat4Bio?
Actualmente, no estamos todavía en comercialización, ya que es una industria muy regulada y recién hemos iniciado la etapa de registro regulatorio, esperando que en 2025 podamos generar facturación y salir al mercado. En realidad, el hecho de que sea una industria tan regulada supone una traba añadida que no sigue la típica lógica de las startups de software o SaaS, donde puedes sacar un producto al mercado y empezar a facturar rápidamente. Aquí tenemos ciclos de desarrollo mucho más largos.
En este momento, seguimos operando con el capital inicial que obtuvimos a principios de 2021, que proviene de aceleradoras tanto de Argentina como de Estados Unidos. En total, recibimos 725.000 dólares en fondos de pre-semilla. Ahora nos encontramos en proceso de levantar la siguiente ronda de financiación, que será una ronda de capital semilla. Estamos buscando recaudar 2,5 millones de dólares, con el objetivo de lanzar nuestro producto para cítricos, peras y manzanas en Argentina y Estados Unidos. Aunque la regulación europea está en nuestro horizonte a mediano plazo, no es nuestra prioridad inmediata. En cuanto a asociaciones y colaboraciones, estamos dando pasos en Europa, aunque no estamos enfocados en despliegues comerciales en este momento. Este año, estamos llevando a cabo pruebas piloto pre-comerciales con 8 nuevos clientes en Argentina, y también tenemos un ensayo a campo programado en California para los próximos meses. Además, hemos iniciado 5 ensayos, 3 con clientes, 1 con una empresa corporativa y otro con una institución científica local, enfocados en peras y manzanas en el Alto Valle de Río Negro. Nuestro enfoque principal está en el registro regulatorio, pruebas pre-comerciales y lanzamiento al mercado de productos para cítricos y peras y manzanas. Con los fondos de esta ronda, también planeamos expandir horizontalmente nuestro portafolio de productos, incluyendo desarrollos para aguacates y berries, así como otras líneas de investigación paralelas.
Como cofundador y CEO, ¿cuál ha sido el aspecto más gratificante de liderar Nat4Bio?
Emprender en una startup tiene sus altibajos. Realmente es así. Hay momentos en los que recibir un solo correo electrónico puede alegrarte el día y, otros, en los que el hecho de no recibirlo, pueden arruinar tu día por completo. Es importante reconocer que en este mundillo cada día es muy intenso y dinámico y lo que realmente importa es que la actividad que elijas a largo plazo te motive a levantarte de la cama cada mañana. Si las cosas no van bien, estableces una nueva meta para el día siguiente. Y, si van bien, te felicitas y te enfocas en seguir trabajando hacia tus objetivos a largo plazo. Aunque pueda parecer que hay períodos de calma, cuando te detienes y reflexionas, te das cuenta del progreso que has logrado en poco tiempo y sientes lo gratificante que puede llegar a ser emprender. Algunas personas están hechas para emprender y disfrutan de la independencia y la toma de decisiones, mientras que otras prefieren trabajar en empresas establecidas con flujos de trabajo predecibles. Todo está bien. Pero si sientes esa inclinación por emprender, probablemente sea porque eres del primer grupo de personas que no se conforma con trabajar para otros.